Han pasado casi dos semanas de haber iniciado la cuarentena en el Perú como parte del Estado de Emergencia que decretó el Gobierno Central y aún nos toca afrontar 13 días más de este estado excepcional, frente a un acontecimiento excepcional llamado CORONAVIRUS o COVID-19. El Presidente y sus ministros ensayan diferentes respuestas para que las consecuencias de esta pandemia se sientan de manera menos traumática.
En el Perú ante la suspensión de clases escolares que se han dado en diferentes gobiernos, siempre se hablaba de “recuperar clases”, “recuperar horas de clases” y para ello haciendo operaciones matemáticas para sumar o restar horas perdidas de clases escolares, terminaban el año escolar a fines de Diciembre o tal vez durante los primeros días de enero, lo que es cierto es que los resultados en las evaluaciones nacionales e internacionales en las que participaron nuestros estudiantes, siempre nos dejaron en la saga de un promedio de 60 países participantes. El tema no siempre pasa por la cantidad de horas que se programe para el año escolar, sino más bien de que tan bien hacemos uso de ese tiempo.
En unas semanas o meses se dará término a este estado de excepción y veremos que resuelve el Ministerio de Educación.
No dejen de pensar en la posibilidad de tener un año escolar más corto, recordemos que en un currículo por competencias no es tener que lograr aprendizajes por separado sino más bien de manera integrada en donde no es cuantos temas de cada área o asignatura logra aprender el estudiante, sino más bien que tanto logra ser competente en lo señalado en el currículo. Además las competencias plenamente logradas se verán al final de la Educación Básica Regular, y eso es mucho decir, pues se sabe que los seres humanos no terminamos de aprender, estamos en un aprendizaje continuo.
Ojalá la decisión gubernamental del sector Educación no vuelva a pasar por la burocracia engorrosa que privilegia el llenado de datos en las diversas plataformas digitales y que contribuyen muy poco a los buenos aprendizajes que requieren nuestros niños y jóvenes y la reinserción a la actividad académica y estudiantil en las escuelas no pase por la presión de correr para “recuperar el tiempo”, cosa que no es posible.