Vivimos en una sociedad en la que todo se transforma y cambia vertiginosamente. La evolución acelerada que se está produciendo en el ámbito organizativo de las distintas organizaciones es continua y evidente. Las técnicas y procesos directivos están en profunda transformación, los modelos clásicos de poder y dirección utilizados hasta hace pocos años para estimular dirigir y liderar a personas y grupos ya no sirven.
La calidad del personal es hoy más que nunca un factor esencial en ámbitos donde es necesaria una renovación tecnológica, una mejora la competitividad, así como una capacidad para resolver la compleja problemática existente en nuestras instituciones educativas en la actualidad, de tal manera que los conocimientos adquiridos hasta hace tan solo unos pocos años han quedado en gran medida obsoletos.
Ello nos lleva a que nuestros conocimientos deben ser permanentemente actualizados, dado que cada día tenemos a nosotros nuevos retos profesionales a los que hacer frente.
En este contexto donde todo parece envejecer rápidamente, los directivos, los colaboradores y toda institución u organización, tienen la obligación de revisar periódicamente sus actuaciones y adaptarlas a los nuevos tiempos que corren.
La vida es cambiante y en los últimos años uno de los cambios más sustanciales que se están produciendo es el mayor protagonismo de las personas en las instituciones educativas.
Lo más difícil no es cambiar las técnicas, sino transformar las actitudes y mentalidades de las personas. Si las mentalidades no cambian lo más probable es que las técnicas sean rechazadas o mal utilizadas. Hoy en día no se pueden transformar los diferentes procesos sin contar con la colaboración de quienes los tienen que ejecutar, o sea los diferentes colaboradores de una institución educativa, profesores, personal administrativo y de servicio. Ello lo podemos observar en diferentes instituciones públicas o privadas que han mejorado su infraestructura, su mobiliario, sus equipos tecnológicos, pero sus resultados académicos se mantienen como hace décadas deficitarios o en algunos casos peor que antes.
Y es que cada vez más es necesario contar con directivos que no solo dominen el área técnica en las que son especialistas, sino también la dirección y el liderazgo de las personas.
Es un hecho constatable que la mayor parte de los directivos actuales han aprendido la tarea de dirección trabajando en el ejercicio de su actividad profesional.
Son pocas las carreras universitarias donde se enseñan las funciones directivas y las habilidades precisas para su desempeño. Se prepara en competencias técnicas, en procesos, metodologías y sistemas, de manera muy tangencial se les hace ver la importancia que las personas tienen en las instituciones educativas y las formas más adecuadas de dirigirlas.
Es verdad que existen múltiple bibliografía y centros de estudios, que a través de programas de formación específicos tratan de cubrir esa importante carencia, pero también es verdad que la mayor parte de las veces, tanto los libros como las capacitaciones presentan una visión excesivamente academicista o teórica.
Siendo conscientes de esta situación es que deseamos ser una aportación práctica al papel que las personas deben ocupar en las instituciones educativas en un entorno cambiante en el que entendemos, estamos todos involucrados.
Con nuestra propuesta, deseamos alcanzar los siguientes objetivos:
- Presentar un nuevo modelo de dirección participativa adaptado los nuevos tiempos que vivimos y las nuevas situaciones que debemos afrontar, basado en situar a la persona como protagonista y eje central de la institución.
- Poner de manifiesto los cambios que se están produciendo en los ámbitos organizativos y directivos de las instituciones.
- Sensibilizar y poner de manifiesto el valor y la importancia que las personas tienen en la institución y en las organizaciones de todo tipo en el momento actual.
- Ayudar a reflexionar, interiorizar y tratar de que las personas que dirigen equipos de trabajo asuman los principios básicos de dirección y liderazgo que presentamos.
- Potenciar la dignidad de la persona en el desarrollo de su trabajo.
- Ofrecer un marco conceptual para comprender de forma clara los aspectos básicos de dirección en los momentos actuales.
- Superar las barreras existentes entre directivos y colaboradores, docentes y administrativos como sujetos en conflicto y con intereses divergentes.
Nuestra propuesta trata de dar respuesta a gran parte de las cuestiones en el ámbito de dirección participativa que preocupan a la mayor parte de los directivos actuales, como son:
- ¿Cuál debe ser el papel del colaborador en la institución educativa?
- ¿Qué es la dirección participativa?
- ¿Cómo dirigir desde el Liderazgo?
- ¿Cómo potenciar el trabajo en equipo?
- ¿Cómo impulsar la participación?
- ¿Cómo motivar para integrar y comprometer?
- ¿Cómo propiciar vías de comunicación y relación?
- ¿Cómo facilitar el desarrollo del crecimiento personal de los colaboradores?
Lima, 30 de marzo del 2024.