En el marco de la Carrera Pública Magisterial regulada por la Ley N.º 29944 y su Reglamento, el ascenso de escala es uno de los procesos más relevantes para el desarrollo profesional del docente en el Perú. La evaluación para el ascenso tiene como objetivo reconocer el desempeño, la formación y los méritos del profesor, permitiendo acceder a mejores condiciones laborales y nuevas responsabilidades pedagógicas. Esta política meritocrática busca garantizar que la mejora en la remuneración se corresponda con la calidad del trabajo docente.
Según el Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial, el concurso de ascenso se basa en criterios de idoneidad profesional, formación académica y resultados en evaluaciones nacionales, siendo el Ministerio de Educación (MINEDU) el responsable de establecer los instrumentos y estándares técnicos. Esta evaluación pondera principalmente los conocimientos disciplinares, las competencias pedagógicas y los méritos obtenidos en la trayectoria docente, lo que permite premiar el esfuerzo, la actualización constante y el compromiso con la mejora de los aprendizajes.
A nivel internacional, países como Chile y Colombia también han incorporado evaluaciones docentes con fines meritocráticos. Por ejemplo, el Sistema de Desarrollo Profesional Docente en Chile incluye tramos de progresión basados en evaluaciones periódicas de desempeño, formación continua y aportes a la comunidad educativa. De forma similar, Colombia impulsa el Estatuto de Profesionalización Docente, que promueve ascensos mediante concursos de méritos. En ambos casos, se reconoce que la profesionalización docente requiere mecanismos rigurosos y justos que reconozcan el mérito y la mejora continua.
En Perú, este modelo ha permitido establecer una carrera docente más atractiva y orientada a resultados, alineada con el Marco del Buen Desempeño Docente. El fortalecimiento de los procesos evaluativos —como lo establecen la RVM N.º 077-2024-MINEDU y la RVM N.º 048-2025-MINEDU— garantiza una mayor transparencia, equidad y calidad, consolidando una cultura de evaluación formativa que potencia el desarrollo del magisterio y de la educación pública en su conjunto.
El ascenso docente, así concebido, no solo representa un beneficio individual, sino una estrategia de política educativa para revalorizar la función docente y promover una educación de calidad con equidad y justicia.
A nivel internacional, países como Chile y Colombia también han incorporado evaluaciones docentes con fines meritocráticos. Por ejemplo, el Sistema de Desarrollo Profesional Docente en Chile incluye tramos de progresión basados en evaluaciones periódicas de desempeño, formación continua y aportes a la comunidad educativa. De forma similar, Colombia impulsa el Estatuto de Profesionalización Docente, que promueve ascensos mediante concursos de méritos. En ambos casos, se reconoce que la profesionalización docente requiere mecanismos rigurosos y justos que reconozcan el mérito y la mejora continua.
La educación y el aprendizaje continuo son esenciales para el éxito. Nunca hay que dejar de aprender y mejorar. Leer libros, asistir a cursos, buscar mentores y ser abierto a nuevas ideas, son indispensables para crecer profesionalmente. El desarrollo intelectual ayuda a mantenerse actualizado y a mejorar nuestras habilidades, lo que nos hace más valiosos en la vida en general.
“Porque enseñar es tu vocación, y ascender… tu derecho”.
Lima, 3 de junio del 2025.